martes, 8 de julio de 2014

La salud mental.



How are you amig@s!, espero que este mes de julio sea lo más fructifero para vuestros futuros planes y dejeis un pequeño momento de vuestro precioso tiempo en leer mi humilde blog. Este capítulo sigue la saga de la temática sobre la salud que tanto nos puede interesar en el día a día. Espero que os guste, ya que la salud mental es importantísima a lo largo de nuestra vida, ya que, como en coches: "la potencia sin control no sirve de nada".



La salud mental es el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Comúnmente, se utiliza el término "salud mental" de manera análoga al de "salud o estado físico", pero lo mental alcanza dimensiones más complejas que el funcionamiento meramente orgánico del individuo.



Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, entre otros. Sin embargo las precisiones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), establecen que no existe una definición "oficial" sobre lo que es salud mental y que cualquier definición estará siempre influenciada por diferencias culturales, suposiciones, disputas entre teorías profesionales, la forma en que las personas relaionan su entorno con la realidad, etc.



En cambio, un punto en común en el cual coinciden los teóricos es que "salud mental" y "enfermendad mental" no son dos conceptos simplemente opuestos, es decir, la ausencia de un desorden mental reconocido no indica necesariamente que se goce de salud mental y, al revés, sufrir un determinado trastorno mental no constituye siempre y necesariamente un impedimento para disfrutar de una salud mental razonablemente buena.



Dado que es la observación del comportamiento de una persona en su vida diaria el principal modo de conocer el estado de su salud mental en aspectos como el manejo de sus conflictos, temores y capacidades, sus competencias y responsabilidades, la manutención de sus propias necesidades, la forma en que afronta sus propias tensiones, sus relaciones interpersonales y la manera en que dirige una vida independiente, el concepto es neceariamente subjetivo y culturalmente determinado.



La salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana. También ayuda a determinar cómo manejar el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes. Al igual que otras formas de salud, la mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta. El déficit en la salud mental contribuiría a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la ansiedad.



Además este tema no concierne sólo a los aspectos de atención posterior al surgimiento de desórdenes mentales evidentes, sino que corresponde además al terreno de la prevención de los mismos con la promoción de un ambiente socio-cultural determinado por aspectos como la autoestima, las relaciones interpersonales y otros elementos que deben venir ya desde la educación más primaria de la niñez y de la juventud. Esta preocupación no sólo concierne a los expertos, sino que forma parte de las responsabilidades de gobierno de una nación, de la formación en el núcleo familiar, de un ambiente de convivencia sana en el vecindario, de la responsabilidad asumida por los medios de comunicación y de la consciente guía hacia una salud mental en la escuela y en los espacios de trabajo y estudio general.



David Rosenhan y Martin Seligman en 1989 expusieron algunos elementos que caracterizan la anormalidad psicológica. Por su sentido común y lo parsimonioso de su explicación, algunos de estos elementos se describen, con la finalidad de hacer explícita la complejidad de la salud mental y enfermedad. Sufrimiento, conducta maladaptativa y pérdida de control son dichos factores, que se resumen en una sola palabra: "desequilibrio".



Mens sana in corpore sano...